La muerte súbita está caracterizada por un colapso o parada cardíaca secundaria a arritmias, en personas con o sin enfermedad cardíaca, que de no ser tratado en cuestión de minutos, conduce a la muerte.
Algunos de estos pacientes llegan a tener síntomas poco antes del evento, pero para establecer el diagnóstico definitivo de un episodio de muerte súbita se requiere que los síntomas tengan menos de una hora de duración.
La mayoría de los casos son secundarios a infartos de miocardio y ocurren fuera del ámbito hospitalario.
Causas según grupos de edad
En las víctimas mayores de 35 años de edad, la enfermedad arterial coronaria (obstrucción de las arterias que llevan la sangre al corazón) es la responsable de la mayoría de los casos.
En las víctimas menores de 35 años las principales causas reportadas son: miocardiopatía hipertrófica (engrosamiento de las paredes del corazón), alteraciones congénitas de las arterias coronarias, o enfermedades arrítmicas como síndrome de QT largo, síndrome de Brugada, síndrome de Wolff-Parkinson-White, taquicardia ventricular (TV) o fibrilación ventricular (FV).
En la población entre 35 y 45 años de edad se ha detectado una mayor incidencia de miocardiopatía dilatada (dilatación de las cavidades cardíacas) secundaria a obesidad, así como al uso de drogas ilícitas.
Tratamiento
El tratamiento de la parada cardiaca secundaria a fibrilación o taquicardia ventricular, es la desfibrilación ventricular, y cuanto más temprano se realice, mayor será la posibilidad de salvar la vida.
Al primer minuto, el éxito de la desfibrilación ventricular es muy alto, y disminuye progresivamente si no se realizan maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Se deberá realizar la cadena básica de supervivencia ante un paciente en parada cardíaca. Dicha cadena implica la detección temprana del paciente y activación del sistema de urgencias médicas, RCP temprana, desfibrilación temprana, cuidados avanzados tempranos y cuidados tempranos post reanimación. Al realizar todos los eslabones de la cadena de supervivencia dentro de los primeros 5 minutos del colapso, se mejoran de forma significativa las tasas de supervivencia de estos pacientes.
La colocación de desfibriladores externos automáticos en sitios públicos junto con la realización de maniobras básicas de RCP, ha demostrado que mejora significativamente la supervivencia, por lo que se recomienda ampliamente la colocación de desfibriladores externos automáticos y el entrenamiento al público en maniobras básicas de RCP en escuelas, aeropuertos, gimnasios, empresas y lugares estratégicos de la comunidad con alta densidad poblacional.
Mensajes para llevarse a casa
La muerte súbita cardíaca continúa siendo un problema de salud pública a nivel mundial.
El mayor número de casos se presenta en la población general, a nivel extrahospitalario y en personas que no se conocían portadores de cardiopatía, donde solo se han encontrado factores de riesgo cardiovascular para cardiopatía isquémica.
El control de estos factores de riesgo y la prevención de cardiopatía isquémica son las principales medidas para reducir la incidencia de muerte súbita cardiaca en la población general.
En un número importante de casos es el primer y único síntoma de cardiopatía isquémica.
La RCP y la utilización de desfibriladores externos automáticos son medidas que deben ser conocidas por todo el personal de salud y la población general para mejorar la supervivencia de los pacientes con paro cardiaco súbito.
Es indispensable identificar a los grupos de alto riesgo de muerte arrítmica ya que se pueden beneficiar del implante de un desfibrilador, dispositivo que ha demostrado que reduce la mortalidad por arritmias ventriculares malignas.