La parada cardiorrespiratoria es una situación de emergencia provocada por la interrupción de la respiración y circulación, potencialmente recuperable.
En los niños, las causas más frecuentes son las que producen un fallo respiratorio. Una vez que tiene lugar, puede dar lugar a graves secuelas salvo que se inicien rápidamente maniobras adecuadas de reanimación cardiopulmonar, que permiten una oxigenación de emergencia sin medios técnicos.
La reanimación cardiopulmonar básica es la que podemos realizar nosotros en primeros auxilios.
Es importante que mantengamos la calma, nos aseguremos de que el niño no respira ni tiene pulso, en cualquier caso, hay que avisar al número de emergencias (112 en España) o pedir que alguien realice esta llamada si el bebé no respira y/o no tiene pulso.
Y es que, aunque esperamos no tener que usarlos nunca, siempre es bueno conocer los primeros auxilios y cómo realizar una reanimación cardiopulmonar a un niño, ya que puede que de nuestra actuación dependa su vida, en el siguiente apartado compartimos los conocimientos básicos de cómo realizar maniobras de reanimación en un niño.
Reanimación cardiopulmonar pediátrica
El primer paso es evaluar la situación, motivando una respuesta mediante estimulación verbal y táctil, sin sacudirlo.
- Si el niño no responde, abra la vía aérea extendiendo su cabeza y elevando su mandíbula (maniobra de frente-mentón), y evalúe la respiración durante no más de 10 segundos.
- Busque el esfuerzo respiratorio, escuche y sienta el movimiento del aire de la nariz y / o la boca. Si hay esfuerzo, pero no hay movimiento de aire, la vía aérea no está abierta.
- En los casos en que haya más de un reanimador, el segundo reanimador debe llamar al Servicio de Emergencias (SEM) inmediatamente después de reconocer la inconsciencia, preferiblemente utilizando la función de altavoz de un teléfono móvil.
En el niño inconsciente, si la respiración es anormal:
- Dar cinco insuflaciones/ventilaciones iniciales de rescate. Para los lactantes, asegurar una posición neutra de la cabeza. En niños mayores, se necesitará más extensión de la cabeza (inclinación de la cabeza con la maniobra frente-mentón).
- Insuflar de manera constante en la boca del niño (o en la boca y la nariz del lactante) durante aproximadamente 1 segundo, lo suficiente para que el pecho se eleve visiblemente.
- Si tiene dificultades para lograr una respiración eficaz, es posible que las vías respiratorias estén obstruidas (el atragantamiento es la causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria en la infancia): elimine cualquier obstrucción visible. No realice un barrido con el dedo a ciegas. Vuelva a colocar la cabeza o ajuste el método de apertura de la vía aérea. Haga hasta cinco intentos para lograr ventilaciones efectivas, si aún no tiene éxito, continúe solo con las compresiones torácicas.
Proceda inmediatamente con 15 compresiones torácicas, a menos que haya signos claros de circulación (como movimiento, tos), según se indica:
- Cuando sea posible, realice compresiones sobre una superficie firme.
- Frecuencia: 100-120 / min tanto para lactantes como para niños.
- Profundidad: comprima en la mitad inferior del esternón (justo por debajo de la línea imaginaria que separa ambos pezones) al menos un tercio del diámetro anteroposterior del tórax. Las compresiones nunca deben ser más profundas que el límite de 6 cm para adultos.
- Reexpansión: Evite inclinarse. Libere toda la presión entre las compresiones y permita el retroceso completo del pecho.
- NOTA: Según la edad del niño, use la técnica de dos pulgares o dos dedos de una mano para la compresión del tórax en lactantes; y en niños mayores de 1 año, según el tamaño y el alcance de las manos, utilice una técnica con una o dos manos. En caso de que se utilice una sola mano, la otra se puede colocar para mantener una vía aérea abierta en todo momento
Después de 15 compresiones, realizar 2 insuflaciones efectivas y continuar con una relación 15:2. No interrumpa la RCP salvo que haya signos evidentes de recuperación.
Situación especial debida a la pandemia por Covid-19
Las guías del Consejo Europeo de Resucitación promueven la continuación de los intentos de reanimación en las paradas cardíacas, al tiempo que procuran minimizar el riesgo para la persona o personas que actúen de reanimadores y proporcionen el tratamiento. Si no hay certeza sobre la presencia de la COVID-19, las personas que realizan RCP deben realizar una evaluación dinámica del riesgo considerando:
- la prevalencia en el momento actual de la COVID-19,
- la clínica y presentación de la víctima (por ejemplo, antecedentes de contacto de riesgo, síntomas compatibles con COVID-19…),
- la probabilidad de que el tratamiento sea eficaz o fútil,
- la disponibilidad de equipo de protección individual y los riesgos personales y laborales para las personas que proporcionan el tratamiento.
Se ha abordado en este post la reanimación de las personas de bajo riesgo o con resultados negativos confirmados para la COVID-19.
No interrumpa la RCP hasta que…
- Un profesional de la salud le indique que no continúe, o, la víctima definitivamente se esté despertando, moviéndose, abriendo los ojos y respirando normalmente, o, usted se agote.
- Es poco probable que la RCP por sí sola reinicie el latido cardiaco espontáneo; de modo que, a menos de que esté seguro de que la víctima se haya recuperado, continúe con la RCP.
- Señales de que la víctima se ha recuperado: despertar, movimientos, apertura ocular, respiraciones normales.
Especialista cardióloga general y hemodinámica