La insuficiencia cardiaca (IC) es una enfermedad del corazón que padece aproximadamente el 2% de los adultos menores de 50 años, cifra que aumenta con la edad, siendo superior al 10% en mayores de 70 años. La IC se produce cuando el músculo del corazón no bombea sangre tan bien como debería hacerlo. Existen múltiples causas que pueden debilitar el corazón y producir insuficiencia cardiaca. Cuando esto sucede, la sangre a menudo retrocede y el líquido se puede acumular en los pulmones, en el abdomen y en las piernas. Lo ideal es poder solventar esta acumulación de líquidos mediante el empleo de diuréticos (pastillas para orinar) de forma ambulatoria, pero hay situaciones en las que la descompensación es más grave y requiere de ingreso hospitalario.
El momento del alta hospitalaria suele producir en los pacientes sentimientos encontrados: alegría por haber superado el momento más crítico para la salud, pero también incertidumbre e inseguridad ante cómo será la evolución en domicilio y qué tipo de vida podrán realizar. La transición tras el alta de un ingreso por IC es quizás el momento más delicado en la evolución de la enfermedad, ya que los pacientes que han sufrido un ingreso por descompensación de IC son los que presentan un mayor riesgo de reingreso, fundamentalmente en el primer mes post-alta.
Aunque durante la hospitalización los médicos responsables suelen y deben dar información acerca de la enfermedad y de los cuidados que se deben llevar a cabo en el día a día, cuando el paciente llega a su domicilio le empiezan a surgir todo tipo de dudas sobre cómo debe adaptar su vida a la nueva situación de salud y además le preocupa poder hacer algo que le produzca un empeoramiento. En este sentido, los profesionales dedicados a la IC debemos poner especial énfasis en que los pacientes se sientan seguros y acompañados tras el alta. Por ello, es imprescindible realizar un seguimiento ambulatorio precoz y frecuente, donde además de valorar los aspectos médicos, se aproveche para solucionar las dudas habituales que tienen tanto el paciente como su familia y que suelen estar relacionadas con la medicación pautada (posología, efectos adversos…) y con hábitos de estilo de vida, fundamentalmente sobre dieta y actividad física.
En el hospital se lleva un régimen de vida muy controlado, con una dieta especial, controles de tensión frecuentes, escasa actividad física… Por eso, aunque la medicación administrada durante el ingreso se haya tolerado bien, esta condición puede cambiar una vez el paciente se encuentra en domicilio, siendo necesaria la modificación de tratamiento o la pauta del mismo. De forma general, se recomienda realizar una consulta telefónica de control precoz, a las 48-72h post-alta donde se evalúe cómo ha sido la transición a domicilio y se compruebe que la medicación se está tomando de forma correcta, sin incidencias. Además, se recomienda programar una consulta de revisión presencial, a los 7-10 días post-alta, preferiblemente en una Unidad de Insuficiencia Cardiaca.
Las Unidades de Insuficiencia Cardiaca representan un modelo organizativo creado para sistematizar la atención de los pacientes con IC. En ellas, se favorece el protagonismo del paciente y se le hace partícipe de su enfermedad, fomentando el autocuidado mediante la educación sanitaria. Está demostrado que el conocimiento de la enfermedad por parte del paciente mejora su calidad de vida y su pronóstico. La implementación óptima de estos programas para el manejo de la IC requiere un equipo multidisciplinar formado por varios especialistas, que esté activo a lo largo de toda la trayectoria de la enfermedad de los pacientes: desde el inicio de la IC, las descompensaciones que tengan lugar durante el transcurso de su enfermedad, los periodos de estabilidad aparente y los estadios terminales. Además, resulta fundamental que los pacientes tengan una relación fluida con los profesionales que conforman la unidad, por lo que se les debe facilitar un contacto telefónico o correo electrónico al que poder recurrir en caso de que su estado de salud empeore, con el fin de poner tratamiento y evitar que necesite un nuevo ingreso hospitalario.
Si usted padece IC y ha estado hospitalizad@ recientemente, no dude en buscar ayuda médica, ¡no está sol@ en este proceso, somos muchos los profesionales que podemos ayudarle!
Por la doctora Teresa Alvarado