A pesar de los grandes avances en la reducción de enfermedades cardiovasculares (ECV) gracias a la modificación de los factores de riesgo clásicos de ECV: tabaquismo, diabetes mellitus, dislipemia, hipertensión arterial y obesidad, quedan importantes riesgos residuales que controlar. Los descubrimientos recientes que vinculan el microbioma intestinal con la salud y las enfermedades cardiovasculares han ampliado nuestro conocimiento. Comprender cómo los nutrientes de la dieta pueden afectar la salud es un campo de investigación donde aún nos encontramos en un momento inicial, apenas conocemos la “punta del iceberg”.
El microbioma intestinal compuesto por diferentes microorganismos puede utilizar diversos compuestos presentes en el tubo digestivo como la trimetilamina N-óxido (TMAO), ácidos grasos de cadena corta, y vías de ácidos biliares primarios y secundarios, para ingresar al sistema circulatorio a través de las células intestinales, y desde allí pueden modular la actividad inflamatoria, el estrés oxidativo y la actividad trombótica sistémica. El microbioma intestinal se estudia actualmente respecto a su potencial contribución en el síndrome metabólico (que incluye factores de riesgo clásicos de ECV) y enfermedades cardiacas como la insuficiencia cardíaca, fibrosis miocárdica y aterosclerosis coronaria.
La modulación del microbioma intestinal es una posible estrategia terapéutica de diversos factores de riesgo cardiovasculares. Actualmente, se pueden considerar como estrategias coadyuvantes, sin reemplazar las terapias farmacológicas ya establecidas con evidencia científica suficiente.
¿Qué son los probióticos?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se definen como microorganismos vivos tales como bacterias o levaduras, que, al ser administrados por vía oral en cantidades adecuadas, confieren beneficios saludables al huésped. Las cepas probióticas óptimas deben provenir de fuentes humanas, Inhibir la resistencia al ácido y la bilis, sobrevivir durante el tránsito gastrointestinal, adherirse a la membrana celular epitelial intestinal y producir sustancias antibióticas para combatir infecciones (etanol, peróxido de hidrógeno, bacteriocinas y ácidos orgánicos), todo ello con el objetivo de estabilizar la microflora intestinal. Es imperativo que los productos probióticos se sometan a pruebas exhaustivas para identificar y evaluar su dosificación y seguridad.
¿Qué son los prebióticos?
Se definen como el sustrato utilizado específicamente por la microbiota intestinal, que produce efectos beneficiosos para el huésped. Todas las moléculas que se clasifican como prebióticos caen en una de las dos categorías: carbohidratos que pueden ser metabolizados por la flora intestinal o fibra dietética fácilmente fermentable.
¿Qué son los simbióticos?
Son fórmulas de probióticos y prebióticos, que pueden ejercer colectivamente un efecto modulador sobre el microbioma intestinal.
¿Qué probióticos son beneficiosos para la salud cardiovascular?
Existen algunas revisiones sistemáticas y metaanálisis que han demostrado resultados favorables, modestos y aún insuficientes de los probióticos en el escenario de los factores de riesgo cardiovascular, asimismo, el conjunto general de evidencia es menos sólido en comparación con el de problemas gastrointestinales. Numerosos estudios se han centrado principalmente en el impacto de los probióticos, prebióticos y simbióticos en los factores de riesgo cardiovascular, incluyendo la dislipemia, hipertensión arterial y diabetes mellitus.
Probióticos en la dislipemia
La dislipemia es uno de los principales factores de riesgo de cardiopatía isquémica, siendo la primera causa de mortalidad en el mundo. Diferentes cepas de Lactobacillus plantarum y también de Lactobacillus reuterii han conseguido reducciones significativas de los niveles de colesterol LDL en ensayos clínicos aleatorizados, sin embargo, han sido reducciones modestas en comparación con otras estrategias potentes bien establecidas (estatinas, ezetimiba, ácido bempedoico, inhibidores de PCSK9 o tecnología de ARN, entre otros).
Probióticos en la hipertensión arterial
La hipertensión arterial determina una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda). Esta hipertrofia puede ser perjudicial a largo plazo porque puede propiciar angina de pecho o arritmias. A pesar del componente genético de la hipertensión arterial (no controlable), la reducción de sal en la alimentación, la reducción del peso corporal y los diferentes fármacos antihipertensivos son estrategias bien establecidas para su manejo. En estudios pequeños, diferentes cepas de Lactobacillus plantarum han mostrado una reducción discreta en los valores de presión arterial sistólica y diastólica. Por otro lado, en ensayos clínicos de pequeño tamaño muestral, algunas fórmulas simbióticas han mostrado un buen control de la tensión arterial en el manejo de la preeclampsia ligera durante el embarazo.
Probióticos en la diabetes mellitus
La Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad con elevada prevalencia, que se encuentra asociada a un aumento de la morbimortalidad, principalmente por sus complicaciones cardiovasculares (cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca) y renales, en el amplio espectro del síndrome cardio-reno-metabólico. Su manejo no farmacológico y sobretodo el farmacológico (arGLP-1, iDPP4, iSGLT2, entre otros) ha evolucionado en los últimos años con resultados de gran impacto. De manera complementaria, diferentes cepas de Lactobacillus, Bifidobacterias y compuestos prebióticos (por ejemplo, inulina enriquecida con oligofructosa) han mostrado resultados favorables en la mejoría del control metabólico y del perfil glucémico de estos pacientes, sobretodo en aquellos con sobrepeso u obesidad.
La interacción entero-cardio-metabólica es un campo de investigación amplio y en pleno crecimiento. El aumento de su investigación respecto al control de los factores de riesgo cardiovascular puede permitir en un futuro mejorar el abordaje terapéutico de los mismos.
Por el doctor Ricardo Mori especialsita de la UICAR