Arritmias y relojes inteligentes

Arritmias y relojes inteligentes

En los últimos años hemos sido testigos de una avalancha de nuevas tecnologías disponibles comercialmente para la vigilancia de nuestra salud, en concreto de los relojes inteligentes o smartwatches.

En el ámbito de la cardiología y muy especialmente en el del estudio de los trastornos del ritmo cardiaco, destaca la universalización del uso estos relojes.

Estos dispositivos permiten valorar nuestro ritmo cardiaco mediante dos tecnologías: la fotopletismografía y el electrocardiograma. La primera, utiliza la propiedad de nuestra sangre de absorber y reflejar determinadas longitudes de onda de la luz, permitiendo hacer una estimación del latido cardiaco de forma similar a la toma del pulso.

Si bien el grado de correlación con la verdadera actividad eléctrica de nuestro corazón es bueno, es una tecnología sensible a errores por la aparición de artefactos por el movimiento o en aquellos pacientes que tienen extrasístoles frecuentes (una situación común y generalmente benigna en la población general). Son fácilmente reconocibles por la presencia de luces LED de color verde bajo la caja del reloj. El electrocardiograma disponible en los relojes inteligentes más avanzados sí que permite detectar de forma directa la actividad eléctrica del corazón. Las aplicaciones diagnósticas desarrolladas por los fabricantes han permitido incluso su consideración como dispositivos de diagnóstico médico por algunas agencias reguladoras sanitarias.

La mayor utilidad de estos relojes inteligentes, sobre todo de aquellos que disponen de electrocardiograma, la encontramos en el estudio de síntomas con sospecha de origen arrítmico que se presentan de forma breve o espaciada en el tiempo. Hasta ahora el diagnóstico de estas entidades se retrasa en el tiempo por la dificultad de acceder a un registro electrocardiográfico de adecuada calidad. Ahora el paciente puede obtener en el plazo de 30 segundos un registro que permite en muchos casos confirmar o descartar el origen arrítmico de sus síntomas.

Una de las consultas que más frecuentemente recibimos es la de valores extremos de frecuencia cardiaca, tanto por lo alto (taquicardia) como por lo bajo (bradicardia). Sin perder de vista que muchos de estos valores pueden tratarse de simples errores de medida (por muy bueno o caro que sea nuestro reloj), existe un amplio rango de variación de la frecuencia cardiaca en condiciones fisiológicas, que puede verse afectado por infinidad de factores como nuestra edad, grado de entrenamiento físico, el descanso nocturno, etc. Por lo tanto, valores de hasta 40 latidos por minuto durante el sueño o de 100 latidos por minuto en situaciones de estrés son perfectamente compatibles con la normalidad. La cifra de frecuencia cardiaca en sí misma sobre todo en ausencia de síntomas y fuera de un contexto de alta sospecha de patología, rara vez traduce problemas relevantes de salud.

En definitiva, los relojes inteligentes con capacidad de registro de electrocardiograma son una potente herramienta para el diagnóstico y el seguimiento de trastorno del ritmo cardiaco y aquellos con disponibilidad de fotopletismografía ofrecen una información clínica útil si se interpreta en un contexto clínico adecuado siendo conscientes de las limitaciones de esta tecnología.

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Dr. Ángel Miracle Blanco

Unidad de Arritmias

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